La abuela bordada

la abuela de caperucita por estherimenta

la abuela de caperucita por estherimenta

Ya estaba casi terminando el cuento (el de caperucita digo) cuando me di cuenta que me faltaba la abuela, en realidad fue un olvido casi consciente porque cuando me ponĆ­a a pensar en los personajes del cuento me saltaba la imagen de esa abuela decimonĆ³nica o nĆ³rdica, pues no estoy segura de que aquĆ­ hallamos tenido en algĆŗn momento histĆ³rico alguna abuela parecida, que lo mismo sĆ­, pero a mi no me cuadraba y no podĆ­a hacerla mĆ­a.

En esas estaba, porque el cuento se quedaba incompleto y me fastidiaba mucho no tener una abuela entre mis personajes, porque yo desde pequeƱa he sido mucho de abuelos, la gente se pone tierna cuando ve un bebĆ© y a mi me pasa con los viejecitos, ya sĆ© que un bebĆ© es adorable e inocente y el abuelo en cuestiĆ³n puede haber sido un hijo de perra, bueno y seguir siĆ©ndolo, pero hay un no sĆ© quĆ© en esas arrugas y en esos ojillos brillosos, en ese andar pausado, en esa vulnerabilidad y en toda esa experiencia e historia contenida que me hace ser muy de abuelos.

Y mi cuento sin abuela pues esta claro que no podƭa ser y ya estƔ, me vino la luz, una abuela andaluza, claro, pero de las de antes, de las de cuando yo era muy chica, de las que casi no recuerdo, pero que perfectamente podƭa ser mi bisabuela Ɓgueda, la abuela vieja, esa que siempre tenƭa cinco duros para sus nietos y un kilo de cariƱo.

Es fĆ”cil de imaginar esa abuela en la puerta de una casa reciĆ©n encalada, con un patio lleno de geranios, en un verano sureƱo, esperando preocupada que llegue su nieta y siendo tan fĆ”cil imaginarla ya sĆ³lo tuve que coger aguja e hilo y bordarla.

2 comentarios

  1. Estoy enamorada de tus bastidores... MUY! Ay, quiƩn pudiera ir a tu expo ^.^

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